07 diciembre, 2021

Crítica teatral: Comedia sin título

Texto: Federico García Lorca
Versión y dramaturgia: José Manuel Mora | Marta Pazos
Dirección: Marta Pazos
Reparto: Georgina Amorós | Marc Domingo | Alejandro Jato | Cristina Martínez | María Martínez | Clara Mingueza | Koldo Olabarri | Mabel Olea | Carlos Piera | María Pizarro | Chelís Quinzá | Luna Sánchez | Paula Santos | Camila Viyuela
Escenografía: Max Glaenzel
Iluminación: Nuno Meira
Vestuario: Rosa Tharrats
Coreografía y dirección de movimiento: Guillermo Weickert
Música original: Hugo Torres
Duración: 120 min.
Producción: Centro Dramático Nacional

Federico García Lorca se encontraba trabajando en el manuscrito de la que hoy en día se conoce como Comedia sin título, del que sólo llegó a escribir el borrador del primer acto, cuando lo asesinaron. Ahora, Marta Pazos se enfrenta a la ardua tarea de representar la obra inacabada de uno de los grandes maestros de la literatura universal.

La obra, que forma parte de la trilogía del teatro imposible, versa sobre las posibilidades del teatro (qué puede ser y qué no puede ser teatro), donde cobra un gran protagonismo la dualidad entre la verdad y la mentira, entre la realidad y la ficción.

El Teatro María Guerrero acoge desde el pasado 12 de noviembre (y hasta el 26 de diciembre) esta representación de una obra de Lorca que, a nivel textual, su directora ha decidido mantener tal cual llegó a nosotros, haciendo de ella toda una experiencia fascinante desde el momento en que se levanta el telón del escenario.


Siendo sincero, me daba algo de miedo ir a ver Comedia sin título porque parecía demasiado vanguardista para lo que suelo ver y disfrutar (de hecho, nunca había visto una obra de este estilo hasta el momento), pero no me arrepiento en lo absoluto de haberme atrevido a hacerlo: Marta Pazos ha trasgredido todo lo que conocemos como teatro tradicional, ofreciéndonos una nueva visión sobre lo que puede llegar a ser el teatro a través de un espectáculo totalmente hipnótico. ¡No quería ni podía apartar la mirada del escenario a lo largo de toda la representación! ¡Y ni se diga pestañear! No quería perderme nada de lo que estaba ocurriendo ante mis ojos. 

Las palabras de Lorca cobran vida en el escenario con ayuda de las metáforas que ha creado Marta Pazos para el que sería el último texto del autor, dando como resultado una obra que te absorbe por completo y que está a la altura de lo que Lorca llegó a escribir antes de ser asesinado.

Comedia sin título se trata de una representación bastante compleja, pero con la que he llegado a sentir que el teatro está vivo, que respira como lo hacemos cualquiera de nosotros. Durante la función, la compañía juega con una serie de elementos que nos presentan el teatro como nunca antes lo habíamos visto y que nos hacen sentir como si estuviéramos dentro de la representación misma, dándonos a conocer también algunos de los secretos que hay entre bambalinas. Creo que hablo por todos los que hemos podido ver la obra cuando digo que hemos podido sentir la magia del teatro sobre las tablas del Teatro María Guerrero. 

En cuanto al trabajo realizado por el reparto, poco se puede decir, considerando que se mueve en el escenario con una soltura digna de los más grandes, haciendo muestra de unos movimientos de lo más naturales en cada una de las escenas que conforman la obra, incluso cuando deben dejarse llevar por el frenesí del momento. Por su parte, el dinamismo que hay en la entrada y salida en escena del reparto es de lo más original y sugerente. Además, llevan a cabo una coreografía arrebatadora y que secuestra todas las miradas del público.


La puesta en escena de la obra es, además, una absoluta maravilla. La música y los efectos de sonido que la acompañan, totalmente innovadores, la dotan de una frescura que, en muchas ocasiones, resulta difícil de encontrar. Además, la incorporación de música en directo (que convive de manera sublime con aquella que se reproduce desde la mesa de sonidos) es todo un acierto. La iluminación, además, está coordinada impecablemente con lo que estamos observando en la escena, con un juego de luces que consigue el ambiente adecuado para la obra en cada momento. Por su lado, el vestuario y el maquillaje que podemos observar en el reparto (o la ausencia de los mismos) siempre nos tienen algo que decir, lo que le aportan mucha más vitalidad a esta interpretación de Comedia sin título. La libertad escénica ante la que nos encontramos, en definitiva, rezuma creatividad y originalidad por todos sus poros.

Un texto incompleto pero que ha complementado a la perfección Marta Pazos con su representación, logrando que los espectadores acudan al teatro a ver algo cuasi milagroso resultante de esta oda al teatro y a todos los elementos que lo conforman. ¡Hacía mucho que una obra no me ofrecía una experiencia tan catártica! 

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