26 diciembre, 2021

Reseña: Un beso de Dick de Fernando Molano Vargas

Título:
Un beso de Dick
Autor: Fernando Molano Vargas
Saga: No / Autoconclusivo
Editorial: Blatt & Ríos
Número de páginas: 208
Fecha de publicación: 17 de noviembre de 2021 | 1992 [original]

Fernando Molano Vargas (Bogotá, 1961 - Bogotá, 1998) es el autor colombiano de la novela Un beso de Dick, con la que ganó el Concurso Literario de la Cámara de Comercio de Medellín en 1992. En 1995 recibió una Beca de Creación de Colcultura para terminar de escribir la que sería su segunda novela, cuyo manuscrito estaba listo dos años más tarde a pesar de que no fue publicada hasta 2012, de manera póstuma: Vista desde una acera. En 1998 publicó su poemario Todas mis cosas en tus bolsillos

En Un beso de Dick,  Fernando Molano Vargas nos cuenta la historia de Felipe, un adolescente colombiano que vive en Bogotá y que es aficionado al fútbol que está enamorado de su amigo y compañero de equipo Leonardo. Una historia de amor y de amistad en los años 80. 

Gracias a Babelio y a la editorial argentina Blatt & Ríos (que edita desde España desde 2020), recibí hace unos días un ejemplar de esta novela, que me llamó la atención desde el mismo momento en que pude ver su portada y cuya sinopsis terminó por convencerme por completo para animarme a leerla y, en cuanto la tuve en mis manos, no pude evitar empezarla.

Sus primeras páginas me pillaron totalmente desprevenido y fueron como ese soplo de aire fresco que llevaba necesitando desde hace un tiempo en los libros que estaba leyendo, sobre todo en cuanto a su forma. Me explico: su estilo me dejó descolocado porque nunca había leído nada parecido, pues nos encontramos ante una novela con una prosa muy directa, en la que Fernando Molano Vargas nos habla sin tapujos ni tabúes a través de la narración en primera persona de Felipe. Ahora bien, esta manera de narrarnos su historia en ocasiones se nos puede hacer algo caótica (sobre todo al principio) porque viene y va de un tema para otro sin darnos muchas explicaciones.

Ilustración por Toibara.
Tiene un lenguaje bastante cercano, haciéndote partícipe de una conversación íntima con nuestro protagonista en la que sentimos como si Felipe fuera un viejo amigo con el que nos acabamos de reencontrar y que se está desahogando con nosotros. No obstante, hay ocasiones en que las palabras que utiliza nuestro confeso pueden resultar algo complicadas para el lector español, ya que aparecen en la novela bastantes regionalismos que nos resultan desconocidos por completo (pero de los que resulta interesantísimo de desengranar su significado). 

Fernando Molano Vargas ha logrado algo mágico con su librito, pues somos muchos los que nos podemos ver reflejados en las situaciones que vive Felipe e incluso en los pensamientos que le cruzan por la cabeza o en cómo se siente en determinados momentos, estando así ante uno de los protagonistas más de carne y hueso que se puede encontrar en una novela.

Además, al tratarse de una obra tan cortita se puede leer en apenas unas horas, hecho que lo facilita el que se trate de una historia que sientes la necesidad de devorar, pues quieres saber cómo avanza y qué es lo que va a pasar con sus personajes. 

En la trama, por otro lado, nos vamos a encontrar con toda esa serie de luces y sombras que podemos ver en cualquiera de nuestras vidas. Con todo eso, llega la Segunda Parte de la novela, que es como recibir un puñetazo en el estómago y con la que empiezan a aflorar en tu interior toda una amalgama de sentimientos que te dejan totalmente tocado y destrozado.

La novela, asimismo, te lleva a reflexionar: el libro cumple 30 años en 2022 y parece mentira que se haya avanzado tanto pero a la vez tan poco en según qué cosas, consiguiendo que se te quede una sensación agridulce en el cuerpo incluso cuando has terminado de leerla.

Un beso de Dick de Fernando Molano Vargas es, en definitiva, una novela que va directa al corazón, sin tabúes y sin complejos, con todas las dualidades que podemos encontrar en la vida misma. «Debe ser porque la belleza golpea muy duro» dice su autor en el propio texto y creo que no habría una frase más adecuada para definir su obra.
Ilustración por Carlos Gonzalves.

20 diciembre, 2021

Reseña: Todas las fotos que me hiciste de Nora Blues

Título:
 Todas las fotos que me hiciste
Autor: Nora Blues
Saga: No / Autoconclusivo
Editorial: Ushuaia
Número de páginas: 348
Fecha de publicación: 1 de marzo de 2021

Nora Blues lleva ideando historias desde que era pequeña, aunque no ha sido hasta este año cuando ha publicado su primera novela, Todas las fotos que me hiciste.

Paula se acaba de graduar como periodista y se muda a Madrid para tener su primer trabajo como becaria en uno de los periódicos de la ciudad. Sin embargo, un encuentro ¿fortuito? con Mario, el adinerado dueño de una empresa de fotografía, pondrá su vida patas arriba.

Para bien o para mal, hay algunos libros que te entran por los ojos: tienen una portada que te cautiva desde que la ves y, sin saber nada de ellos, te animas a comprarlos. Este es el caso de Todas las fotos que me hiciste de Nora Blues, que tiene una portada preciosa, además de unos inicios de capítulo que también son todo un lujo de ver, con lo que lo primero que destacaría de la novela es la edición tan cuidada que nos presenta y que te deja totalmente embelesado.

Así pues, empecé a leer este libro sin apenas tener ni idea de qué era lo que iba a encontrarme en él, pero he de admitir que, después de leer su primer capítulo, estuve a punto de abandonarlo. No porque no me llamara, sino porque pasé realmente miedo y angustia ante la historia que estaba leyendo. Sin embargo, como no sabía si esa era la sensación que pretendía conseguir su autora, me animé a darle una oportunidad.

En Todas las fotos que me hiciste nos encontramos ante una historia romántica que, a mi parecer, no es del todo creíble desde el mismo comienzo de la misma, puesto que todo va demasiado rápido y, sin pretender hacer spoilers, el hecho de que Mario y Paula estén completamente enamorados el uno del otro cuando apenas se conocen te deja bastante frío. Además, la base de su relación es demasiado inestable como para ser verdad: Mario es un acosador de manual, que crea con Paula una relación un tanto tóxica, por lo que no conectas con lo que se está contando en ningún momento.

Ahora bien, uno de los puntos positivos de la novela es el misterio que rodea esa relación, pues sabes que hay algo oculto en todo lo que está sucediendo pero no terminas de descubrir de qué se trata. Además, vamos viendo cómo Paula se mete en la boca del lobo poco a poco, lo que consigue atraparte por completo, ya que tienes ganas de saber cómo avanza la historia, qué es lo que va a suceder a continuación y si de verdad va a tomar el camino que parece que se va tomando. 

Por otro lado, hay que admitir que una vez se llega a los capítulos finales se llega a entender todo lo que está sucediendo entre ambos y se cierra la historia de tal manera que no queda ningún cabo suelto, aunque es cierto que la relación entre ambos sigue sin resultar del todo creíble y que se sostiene de milagro sobre una base que parece tambalearse a cada momento.

Por su parte, el erotismo y la sensualidad que rodean toda la trama están narrados de una manera espléndida, consiguiendo meterte por completo en la atmósfera del momento que están viviendo nuestros dos protagonistas.

Nora Blues ha escrito una novela con un estilo más que correcto, con una prosa que, para ser su primera novela, está muy bien conseguida (a pesar de que se echa en falta una diferenciación algo más clara en cuanto a los estilos de Mario y Paula, ya que la historia está narrada en primera persona por ambos y en ocasiones es fácil creer que quien está narrándola es el otro si no fuera porque siempre dice al principio cuál es el punto de vista que vamos a leer en ese momento). No obstante, se han escapado varias erratas que te pueden sacar de la historia (como ubicaci9ón, la confusión de la forma vulgar ves para el imperativo del verbo ir, la ausencia de alguna que otra palabra para que se comprenda la frase o incluso alguna letra en una palabra...), pero al final no son tantas como para entorpecer la lectura y no disfrutar de ella.

Otro de los puntos a valorar acerca de la novela son sus personajes, puesto que están muy bien construidos y, a pesar de todo, terminan por resultarte simpáticos, además de que somos testigos de una evolución en ellos que resulta creíble. No puedo decir, en cambio, que lograra empatizar del todo con ellos ni con su historia.

En definitiva, Todas las fotos que me hiciste se trata de un libro que resulta entretenido y que te consigue enganchar a pesar de que haya en él varios aspectos que no convencerán al lector. 

13 diciembre, 2021

Crítica teatral: ¡Viva la Pepa!

Texto: Juan Luis Iborra | Sonia Gómez
Dirección: Juan Luis Iborra
Reparto: Pepa Rus
Escenografía: Eduardo Moreno
Iluminación: Juanjo Llorens
Producción: Deleite Producciones | Pentación Espectáculos | Juan Luis Iborra

¡Viva la Pepa!, el monólogo cómico de Juan Luis Iborra y Sonia Gómez, vuelve al teatro. Desde el pasado 3 de diciembre (y hasta el día 30 del mismo mes), la sala Lola Membrives del Teatro Lara acoge la obra protagonizada por la actriz Pepa Rus (Aída, La que se avecina).

La obra nos pone frente a la única madre soltera de gemelas de Melilla que, a través del humor, nos va desvelando poco a poco ciertos aspectos de su vidas y qué fue lo que le hizo llegar a su situación actual.

Tan sólo un día después de su estreno en el Teatro Lara, fui a ver ¡Viva la Pepa! sin saber mucho sobre la obra y sin haber llegado a investigar tampoco sobre ella en lo más mínimo: sabía que estaba Pepa Rus y que se trataba de un monólogo cómico y no me hacía falta nada más. Quería que me sorprendiera, y así fue. El texto, claro ejemplo de frescura, nos lleva constantemente del pasado al presente, dándonos pequeñas pinceladas de la vida de Pepa con las que vamos obteniendo una visión mucho más completa del lienzo que es su vida, consiguiendo que conectemos con la protagonista, cuyos trazos están tan bien perfilados.

La obra destaca sobre todo por el humor con el que Pepa se toma la vida (incluso cuando lo que esta trae consigo no sea en nada positivo), consiguiendo así una historia agridulce, pero que es directa y que te golpea con una bofetada de realidad en los momentos en que se deja un poco de lado la comedia para pasar al drama. Ahora bien, es cierto que hay algunas ocasiones en las que las transiciones de la comedia al drama son demasiado bruscas, con lo que llegué a desconectar durante unos instantes de lo que se me estaba contando, además de que hay algunas escenas en las que parece que se juega con el populismo o la demagogia (a pesar de que las palabras de Pepa llevan escondidas siempre la verdad y funcionan a la perfección dentro del contexto de la obra), trayendo consigo unas escenas de lo más conmovedoras y en las que la nostalgia juega un papel importante. 

Estamos ante una protagonista que despilfarra encanto, con una inocencia y un punto de vista que te abre los ojos respecto a muchos de los temas que se tratan en la obra. Además, esos momentos en los que la comedia va ganando terreno dentro de la historia, se tratan asuntos tan cercanos a nuestro día a día y con los que lidiamos tan a menudo que es imposible que evitemos que aparezca (cuanto menos) una leve sonrisa en nuestros labios.

La escenografía o, en general, el atrezzo de la obra es de lo más simple, acudiendo incluso a cambios en el vestuario por parte de la protagonista en el mismo escenario, pero no se echa en falta nada más dentro del espectáculo, en parte gracias al desparpajo que tiene Pepa Rus sobre las tablas y a la hora de narrarnos su historia.

La actriz hace un papel sobresaliente en el escenario, desenvolviéndose con una soltura que no es fácil encontrar. Además, el brillo de sus ojos habla por ella en muchas de las ocasiones, llegando a transmitir a niveles inesperados todo lo que está viviendo su personaje. De hecho, la intérprete consigue que el público se implique de lleno en la historia, lo que hace que la magia del teatro llegue hasta todos los lugares de la sala.

¡Viva la Pepa! es, en conclusión, una obra en la que sus cerca de 70 minutos pasan volando ante los ojos del espectador, que verá reflejada una realidad sobre la que muchas veces pasamos por alto y en la que el humor está siempre presente.

12 diciembre, 2021

Crítica de cine: Soltero en Navidad (2021)

Título:
Soltero hasta Navidad
Título original: Single All the Way
Dirección: Michael Mayer
Producción: Joel S. Rice
Guion: Chad Hodge
Reparto: Michael Urie | Philemon Chambers | Luke Macfarlane | Barry Bostwick | Jennifer Robertson | Jennifer Coolidge | Kathy Najimy
Duración: 101 min.
Estreno: 2 de diciembre de 2021
Productora: Muse Entertainment
Distribuidora: Netflix

Netflix continúa ampliando su catálogo de películas originales con Soltero hasta Navidad, la que será la primera comedia romántica navideña con representación gay de la plataforma.

Peter se marcha de Los Ángeles y vuelve a su pueblo natal en New Hampshire para pasar las festividades navideñas con su familia, para quien siempre será el "eterno soltero", por lo que convence a su mejor amigo (y compañero de piso) Nick para que lo acompañe y finjan ser pareja, que parece ser lo que más desea su familia desde que ambos se conocen.

Quien me conozca, sabe que soy muy fan de las películas navideñas y de la Navidad en general, por lo que siempre intento ir al día con los últimos estrenos del género y Soltero hasta Navidad no podía ser una excepción. No sabía muy bien qué esperar respecto a ella, pero he de admitir que te absorbe por completo desde el momento en que das al play, ya que nos presenta una historia de lo más entretenida y con la que, a pesar de no contar nada nuevo, es posible empatizar. 

La inclusión de unos protagonistas pertenecientes al colectivo LGBTQ es todo un acierto y hace que el filme resulte original, incluso cuando podemos encontrar en él una historia en la que abundan los clichés. Por otro lado, la naturalidad con que se trata el tema y todos los guiños con los que me he ido topando a lo largo de la película hacen de ella una comedia divertida y cercana.

Ya hemos mencionado que el argumento cuenta con unos tópicos que ya están bastante trillados dentro del género, a lo que habría que añadirle que el final es de lo más predecible que he visto en mucho tiempo, aunque está tan bien llevado que resulta demasiado tierno, además de haber logrado contarnos una historia de amor preciosa que me ha tenido con una sonrisa algo bobalicona durante su hora y cuarenta y un minutos.

La química existente entre Michael Urie (Peter) y Philemon Chambers (Nick) es excepcional y sus minutos en pantalla son todo un deleite para el espectador. Otro de los aspectos que más me ha gustado sobre la película es, también, la forma en que tanto ellos como Luke Macfarlane (James) gestionan sus sentimientos y la responsabilidad afectiva que demuestran, pues (incluso cuando se equivocan) buscan hacerse el mínimo daño posible los unos a los otros.

La familia de Peter, además, resulta encantadora desde el momento en que van apareciendo en pantalla, ganándose un pequeño hueco en tu corazón y destacando sobre todo a los personajes que interpretan Barry Bostwick (Harold), Jennifer Coolidge (tía Sandy) y Kathy Najimy (Carole).

En definitiva, Soltero hasta Navidad es una historia cálida, emotiva y conmovedora que suple todos sus defectos de una manera más que adecuada, solventándolos y logrando que la película se convierta en todo un clásico navideño. ¡Un filme que te derretirá el corazón!

07 diciembre, 2021

Crítica teatral: Comedia sin título

Texto: Federico García Lorca
Versión y dramaturgia: José Manuel Mora | Marta Pazos
Dirección: Marta Pazos
Reparto: Georgina Amorós | Marc Domingo | Alejandro Jato | Cristina Martínez | María Martínez | Clara Mingueza | Koldo Olabarri | Mabel Olea | Carlos Piera | María Pizarro | Chelís Quinzá | Luna Sánchez | Paula Santos | Camila Viyuela
Escenografía: Max Glaenzel
Iluminación: Nuno Meira
Vestuario: Rosa Tharrats
Coreografía y dirección de movimiento: Guillermo Weickert
Música original: Hugo Torres
Duración: 120 min.
Producción: Centro Dramático Nacional

Federico García Lorca se encontraba trabajando en el manuscrito de la que hoy en día se conoce como Comedia sin título, del que sólo llegó a escribir el borrador del primer acto, cuando lo asesinaron. Ahora, Marta Pazos se enfrenta a la ardua tarea de representar la obra inacabada de uno de los grandes maestros de la literatura universal.

La obra, que forma parte de la trilogía del teatro imposible, versa sobre las posibilidades del teatro (qué puede ser y qué no puede ser teatro), donde cobra un gran protagonismo la dualidad entre la verdad y la mentira, entre la realidad y la ficción.

El Teatro María Guerrero acoge desde el pasado 12 de noviembre (y hasta el 26 de diciembre) esta representación de una obra de Lorca que, a nivel textual, su directora ha decidido mantener tal cual llegó a nosotros, haciendo de ella toda una experiencia fascinante desde el momento en que se levanta el telón del escenario.


Siendo sincero, me daba algo de miedo ir a ver Comedia sin título porque parecía demasiado vanguardista para lo que suelo ver y disfrutar (de hecho, nunca había visto una obra de este estilo hasta el momento), pero no me arrepiento en lo absoluto de haberme atrevido a hacerlo: Marta Pazos ha trasgredido todo lo que conocemos como teatro tradicional, ofreciéndonos una nueva visión sobre lo que puede llegar a ser el teatro a través de un espectáculo totalmente hipnótico. ¡No quería ni podía apartar la mirada del escenario a lo largo de toda la representación! ¡Y ni se diga pestañear! No quería perderme nada de lo que estaba ocurriendo ante mis ojos. 

Las palabras de Lorca cobran vida en el escenario con ayuda de las metáforas que ha creado Marta Pazos para el que sería el último texto del autor, dando como resultado una obra que te absorbe por completo y que está a la altura de lo que Lorca llegó a escribir antes de ser asesinado.

Comedia sin título se trata de una representación bastante compleja, pero con la que he llegado a sentir que el teatro está vivo, que respira como lo hacemos cualquiera de nosotros. Durante la función, la compañía juega con una serie de elementos que nos presentan el teatro como nunca antes lo habíamos visto y que nos hacen sentir como si estuviéramos dentro de la representación misma, dándonos a conocer también algunos de los secretos que hay entre bambalinas. Creo que hablo por todos los que hemos podido ver la obra cuando digo que hemos podido sentir la magia del teatro sobre las tablas del Teatro María Guerrero. 

En cuanto al trabajo realizado por el reparto, poco se puede decir, considerando que se mueve en el escenario con una soltura digna de los más grandes, haciendo muestra de unos movimientos de lo más naturales en cada una de las escenas que conforman la obra, incluso cuando deben dejarse llevar por el frenesí del momento. Por su parte, el dinamismo que hay en la entrada y salida en escena del reparto es de lo más original y sugerente. Además, llevan a cabo una coreografía arrebatadora y que secuestra todas las miradas del público.


La puesta en escena de la obra es, además, una absoluta maravilla. La música y los efectos de sonido que la acompañan, totalmente innovadores, la dotan de una frescura que, en muchas ocasiones, resulta difícil de encontrar. Además, la incorporación de música en directo (que convive de manera sublime con aquella que se reproduce desde la mesa de sonidos) es todo un acierto. La iluminación, además, está coordinada impecablemente con lo que estamos observando en la escena, con un juego de luces que consigue el ambiente adecuado para la obra en cada momento. Por su lado, el vestuario y el maquillaje que podemos observar en el reparto (o la ausencia de los mismos) siempre nos tienen algo que decir, lo que le aportan mucha más vitalidad a esta interpretación de Comedia sin título. La libertad escénica ante la que nos encontramos, en definitiva, rezuma creatividad y originalidad por todos sus poros.

Un texto incompleto pero que ha complementado a la perfección Marta Pazos con su representación, logrando que los espectadores acudan al teatro a ver algo cuasi milagroso resultante de esta oda al teatro y a todos los elementos que lo conforman. ¡Hacía mucho que una obra no me ofrecía una experiencia tan catártica! 

04 diciembre, 2021

Reseña: En tus zapatos de Beth O'Leary

Título:
 En tus zapatos
Título original: The Switch
Autor: Beth O'Leary
Saga: No/Autoconclusivo
Editorial: Suma de Letras
Número de páginas: 432
Fecha de publicación: 26 de noviembre de 2020

Beth O'Leary (Inglaterra, 1992) consiguió el éxito internacional después de la publicación de su primera novela, Piso para dos (The Flatshare), en 2019. En tus zapatos (2020), su segunda novela, también ha recibido una gran acogida entre los lectores alrededor del mundo y será llevada próximamente al cine. 

Después de perder a su hermana Carla por culpa del cáncer, Leena se ve obligada a tomarse unas vacaciones forzosas del trabajo cuando se le ocurre una idea un tanto disparatada: ¿y si intercambia su vida con la de su abuela Eileen, incluyendo sus teléfonos móviles? Así, Leena terminará viviendo en un pequeño pueblo de los Yorkshire Dales llamado Hamleigh-in-Harksdale y Eileen se encontrará en la gran ciudad de Londres, viviendo una aventura como hasta entonces ninguna de las dos se hubiera imaginado.

En tus zapatos de Beth O'Leary es una novela con la que es posible conectar desde su primer capítulo, que te atrapa por completo y cuya lectura es toda una delicia. Estamos ante una historia sobre el autodescubrimiento, que tan necesario es en muchas ocasiones y sobre el que tanto podemos aprender a través de las experiencias de Leena y Eileen.

Ahora bien, si hay algo que se pueda reprochar respecto a la trama es su final, que Beth O'Leary ha alargado de manera innecesaria para llegar a una conclusión a la que se podría haber llegado unas cuantas páginas atrás. Es importante, además, el giro argumental que podemos encontrar en sus últimos capítulos respecto a la relación que une a unos de los personajes de la novela y que resulta totalmente sorprendente, si bien es cierto que el final en sí era bastante previsible. La sensación que llega a transmitir, en conjunto, es que cuesta llegar hasta dicho final incluso cuando estás viendo cómo se soluciona ya todo el embrollo que forma lo que podríamos denominar como el nudo de la historia.

Otro aspecto a destacar de la novela es la naturalidad con la que Beth O'Leary nos introduce algunos de los temas más peliagudos que forman parte de la novela (y de nuestro día a día) con una perspectiva bastante inusual, pero que resulta como un soplo de aire fresco. Además, todas las personas que se hayan enfrentado a la muerte de un ser querido podrán verse reflejadas en cualquiera de sus protagonistas e incluso con la manera en que el resto de personajes trata la situación, habiendo creado así una historia de lo más cercana para sus lectores. 

Se echa en falta, ahora bien, una prosa que esté un poco más trabajada. No es que el libro esté mal escrito, ni mucho menos, pero se encuentra narrado en primera persona (intercalando los capítulos narrados por Leena y los narrados por Eileen) y en cuanto a estilo son prácticamente idénticos, con lo que resulta prácticamente imposible identificar quién está narrándonos cada capítulo si no fuera porque aparece su nombre justo al principio y/o por la aventura que está viviendo cada una de ellas.

Sin ninguna duda, uno de los puntos fuertes que podemos observar en En tus zapatos son sus protagonistas, que conforman un dueto de mujeres fuertes y que demuestran una gran evolución a lo largo de la historia, permitiéndonos crecer a nosotros mismos a la vez que lo hacen ambas. Eileen, es sin ninguna duda, todo un acierto, un personaje complejo y que nos da una visión de la vejez como pocas veces vemos en la ficción. La novela, además, cuenta con una selección de personajes secundarios encantadores que se ganan un pedacito de tu corazón, destacando sobre todo algunos como Nicola o Letitia, personajes con los que te gustaría poder cruzarte en el mundo real. 

En definitiva, En tus zapatos se trata de una novela con una historia tierna y conmovedora, cuya lectura es totalmente enriquecedora.

01 diciembre, 2021

Crítica de cine: Spencer (2021)

Título: Spencer
Título original: Spencer
Dirección: Pablo Larraín
Producción: Pablo Larraín | Juan de Dios Larraín | Jonas Dornbach | Paul Webster | Janine Jackowski | Maren Ade
Guion: Steven Knight
Reparto: Kristen Stewart | Timothy Spall | Jack Farthing | Sally Hawkins | Sean Harris
Duración: 116 min.
Año: 2021
Productora: Fabula | Komplizen Film | Shoebox Films | Filmnation Entertainment
Distribuidora: Neon

El director chileno Pablo Larraín (El Club, Jackie, No) se pone al frente de la nueva producción sobre la vida de la princesa Diana (Lady Di), a la que da vida Kristen Stewart (Crepúsculo, Café Society, Los Ángeles de Charlie), y que debutó en la 78ª edición del Festival Internacional de Cine de Venecia.

Spencer transcurre durante las vacaciones de Navidad de la Familia Real británica a principios de los 90, pocos años antes del trágico accidente que terminaría con la vida de Lady Di. Durante tres días, somos testigos de una Diana de Gales ya cansada y que decide enfrentarse a todas las imposiciones y la presión que la acompañaron hasta el fin de sus días.

Uno de los mayores éxitos del filme es su extraordinaria fotografía, a cargo de Claire Mathon. Nos ofrece, además, una estética de lo más absorbente y que da lugar a una atmósfera en la que la melancolía cobra un protagonismo indiscutible, a la vez que nos transmite una sensación de asfixia que alcanza al espectador de una manera insospechada. 

El biopic de Pablo Larraín nos presenta una visión original sobre la princesa de Gales, que nos ofrece un trasfondo mucho más profundo de lo que estamos acostumbrados en torno a su figura y que era desconocido para muchos. Además, hay una clara declaración de intenciones en el mismo vocabulario que utiliza la princesa en la película, dándonos así una versión mucho más cercana y con la que podemos empatizar de un icono mundial y sobre el que tanto se ha hablado.

Dos de los elementos que cabe destacar también a la hora de hablar de Spencer serían el vestuario y la música que ambientan el filme. Jacqueline Durran, quien estuvo a cargo del vestuario de la película, ha conseguido reflejar con gran fidelidad y de una manera impresionante los atuendos tan icónicos que vistió la princesa Diana. La banda sonora de la cinta, por otro lado, está compuesta por Jonny Greenwood y no puede ser más acertada para cada una de las escenas en las que suena cada pieza musical. Además, la incorporación de All I Need Is A Miracle de Mike + The Mechanics en los minutos finales de la película resulta totalmente apoteósica.

Kristen Stewart se ha puesto delante de la cámara para interpretar un papel en el que encaja a la perfección y en el que está, simple y llanamente, deslumbrante. Estamos ante una actuación en la que prácticamente sobran todas las palabras, pues la actriz logra transmitir toda la esencia de Lady Di a través de un lenguaje más visual, es decir, a través de sus gestos y miradas, llevándolo hasta tal extremo que son varias las escenas del filme en las que llegas a darte cuenta de que estabas conteniendo el aliento. El primer adjetivo que le viene a uno a la cabeza a la hora de valorar su interpretación de la princesa Diana no es otro que brillante.


A pesar de que todas las miradas se dirigen hacia ella mientras está en la pantalla, no hay que desestimar el trabajo llevado a cabo por el resto del reparto, ya que se ve rodeada por todo un cortejo de actores que no se quedan atrás y que están también a la altura de la cinta, destacando sobre todo el papel que desenvuelve Timothy Spall (Major Alistar Gregory).

Spencer de Pablo Larraín es, en definitiva, una de las grandes películas del año y no nos extrañaría que fuera una de las grandes candidata en la próxima edición de los Premios de la Academia.