El día que Oliver Marks cumple su condena, el hombre que lo metió en la cárcel está esperándolo a la salida. El detective Colborne quiere saber la verdad y, después de diez años, Oliver finalmente está listo para contársela. Una década atrás: Oliver es uno de los siete actores shakespearianos en el Conservatorio Clásico Dellecher, un lugar regido por la cruda ambición y la competencia feroz. En este mundo apartado, de chimeneas encendidas y libros con encuadernación de cuero, Oliver y sus amigos interpretan los mismos papeles arriba y abajo del escenario: el héroe, el villano, el tirano, la seductora, la ingenua y los extras. Pero en su cuarto y último año de conservatorio, las rivalidades amistosas se vuelven desagradables, y en la noche del estreno, la violencia real invade el mundo de fantasía de los estudiantes. Por la mañana, los chicos de cuarto año deben enfrentarse a su propia tragedia y a su desafío interpretativo más difícil: convencerse unos a otros y a la policía de que son inocentes.
M. L. Rio tuvo su debut literario en 2017 con la novela Todos somos villanos, a la que desafortunadamente no le fue demasiado bien al principio, pero que consiguió un éxito rotundo unos años después de su publicación e inspiró muchas otras dentro del género que se acunó como Dark Academia y que tan presente está hoy en día. En 2024 salió a la luz La noche de los insomnes, su primera novela corta, y en septiembre de 2025 llegará a las librerías su siguiente trabajo, Hot Wax (todavía sin título en español).
Es más, cuenta con un ritmo ágil y vertiginoso de principio a fin que no hace sino incrementar esta sensación. Por la cabeza de los lectores se van a pasar todo tipo de teorías sobre lo que podría estar ocurriendo y, aún así, consigue sorprenderlos con todos los giros argumentales que se van a ir encontrando. El final, por su lado, te deja sin palabras.
Además, la brillantez de su texto, escrito con una pulcritud y una belleza impresionantes y con una propuesta de lo más original, incluyendo fragmentos que se acercan al género teatral dentro de lo que es claramente una novela. Así, M. L. Rio ha integrado a la perfección todos aquellos pasajes que se apoyan en el teatro con una maestría sobresaliente.
En definitiva, no hay duda de que M. L. Rio ha escrito una de las mejores novelas de los últimos años. Seguramente se podrían decir muchas más cosas sobre ella, pero como dice Oliver al final de la historia: «Para alguien como yo, que adoraba tanto las palabras, era increíble lo a menudo que estas me abandonaban». Simplemente fascinante.
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