Crítica de cine: West Side Story (2021)

Título: West Side Story

Título original: West Side Story

Dirección: Steven Spielberg

Producción: Steven Spielberg | Kristie Macosko Krieger | Kevin McCollum

Guion: Tony Kushner | Libro: Arthur Laurents | Musical: Jerome Robbins

Reparto: Ansel Elgort | Rachel Zegler | Ariana DeBose | David Alvarez | Mike Faist | Rita Moreno

Duración: 156 min.

Estreno: 22 de diciembre de 2021

Productora: 20th Century Studios | Amblin Entertainment | TSG Entertainment

Distribuidora: 20th Century Studios

West Side Story, el aclamado musical de Broadway, vuelve a los cines de todo el mundo con una segunda adaptación cinematográfica 60 años después del estreno de la primera (que se alzó con nada más y nada menos que 10 premios Óscar), en esta ocasión bajo la dirección de Steven Spielberg.

Tony y María pertenecen a bandas callejeras diferentes (los Jets y los Sharks respectivamente) que están enfrentadas, pero, cuando se conocen, no pueden evitar enamorarse por completo el uno del otro. Una modernización de la historia de Romeo y Julieta de William Shakespeare en el Nueva York de los años 50.

No os podéis imaginar las ganas que tenía de ver el remake de West Side Story desde que se anunció, ya que soy súper fan de los musicales y, en este caso, tenía una pinta increíble, así que estaba deseando poder acercarme al cine y meterme en esta historia que tanto tiempo lleva emocionando a todo tipo de espectadores.

La película transmite el alma, la esencia, de la película original y del musical de Broadway, logrando que sea todo un placer reencontrarse con su historia en una nueva versión actualizada que tiene todas las papeletas para recibir numerosas nominaciones en la próxima edición de los premios Óscar, como ya sucedió con la de 1961. Una nueva versión en la que vas a estar con los sentimientos a flor de piel, además de resultar más convincente y emocionante que su predecesora en muchas de sus escenas.

Spielberg ha realizado un gran trabajo en cuanto a la cinematografía a través del juego cromático y de luces que utiliza en su película, a través de lo que se nos cuenta y transmite tanto que hacen que la película sea visualmente brillante, logrando grabar a fuego en nuestra mente toda una serie de imágenes irreemplazables.

Otro de los puntos que más me han gustado de la película es la incorporación, finalmente, de actores latinoamericanos en el largometraje, así como el hecho de que este se haya rodado no sólo en inglés sino también en español (y el director, de hecho, se ha negado a subtitular las escenas en que se hace uso del mismo por una "cuestión de respeto"), lo que hace de su visionado una experiencia mucho más enriquecedora y completa de lo que podríamos esperar en un primer momento, acercándonos así a una realidad que se vive en el día a día de una ciudad como la de Nueva York.

La elección de los intérpretes es, pues, brillante. El desempeño que hacen los actores ante la cámara resulta totalmente increíble, bordando cada una de las actuaciones que vamos a ver en pantalla en todas y cada una de las escenas del filme. Ansel Elgort y Rachel Zegler encajan a la perfección en su papel como protagonistas, demostrando una química desbordante. Además, la presencia de Rita Moreno en la cinta le aporta una nostalgia y juega una parte de lo más importante dentro de esta nueva adaptación de la historia.

Como era de esperar, en la versión de Steven Spielberg seguimos encontrándonos con las conocidísimas canciones del musical (con música de Leonard Bernstein y letras de Stephen Sondheim), pero actualizando en muchos momentos la escenografía que las acompañaba, como sucede durante la actuación de America, cuya revisión ha sido todo un acierto. Además, la inclusión de La Borinqueña como canción de los Sharks al principio de la película es un aporte totalmente de lo más significativo. En fin, los números musicales y las escenas de baile a las que nos vamos a enfrentar en la pantalla son pura magia, con unas voces y un nivel coreográfico más que impresionantes.

En definitiva, Steven Spielberg ha sabido aportar una nueva visión a la historia que ya habíamos podido ver en la película original del 61, haciendo del remake una nueva obra de arte que consigue ponerse al nivel de su predecesora.