Reseña: Carrie de Stephen King

Título: Carrie

Título original: Carrie

Autor: Stephen King

Saga: No / Autoconclusivo

Editorial: Debolsillo

Número de páginas: 256 págs.

Fecha de publicación: 5 de abril de 1974

Carrie, una joven de apariencia insignificante, acosada por sus compañeras de instituto, vive con su madre, una fanática religiosa. Un día en las duchas, la primera menstruación de Carrie provoca las burlas de las demás chicas y desencadena una sucesión de hechos sobrenaturales y terroríficos. Con el instituto como epicentro de la trama, la pequeña ciudad de Chamberlain, Maine, verá cambiar el curso de su historia en manos de la aterradora adolescente.

Stephen King, el maestro del terror por excelencia, se dio a conocer en el año 74 tras la publicación de la que fuera su primera novela, Carrie, que lo catapultó hasta el éxito internacional, a pesar de que el autor llegó incluso a tirarla a la basura porque no le convencían ni su historia ni su protagonista. Ha sido censurado en numerosas ocasiones en Estados Unidos, pero consiguió ser también la primera novela de King en adaptarse a la pantalla grande.

Con una estructura de lo más dinámica, alternando a la perfección entre la narración y aquellos fragmentos los que se apoya el autor a modo de falsa bibliografía, Carrie se trata de una novela de lectura fácil, que absorbe al lector por completo desde esa primera noticia que encontramos al principio del libro y que se mantiene así hasta el final del mismo incluso cuando esa bibliografía nos adelanta muchas de las cosas que vamos a encontrarnos en el futuro.

Además, algo que resulta fascinante es la manera en que, a pesar de su apariencia mucho más simple, termina mostrándonos una trama mucho más profunda de lo que podríamos pensar, presentándonos una serie de temas sobre los que es inevitable no reflexionar y que, a pesar de ser llevados al extremo en muchas ocasiones, nos van a ser de lo más cercanos.

Todo esto se sustenta, por otra parte, en el universo que crea S. King, que logra que nos adentremos de lleno en Chamberlain y en el instituto Ewen, haciendo que nos sintamos mucho más que un mero espectador. Además, hacia la mitad de la novela se palpa la tensión de una manera asombrosa, que va a ir aumentando hasta que lleguemos al final de la misma, cuando ya no podremos apartar los ojos de sus páginas.  

Sorprende, por otro lado, la madurez narrativa que podemos observar ya en Carrie para ser la ópera prima de Stephen King (aunque en realidad se trataba de la cuarta novela que escribía): es innegable la calidad literaria, destacando sobre todo por los distintos estilos que podemos observar en ella en función de si estamos ante la propia narración o los recortes bibliográficos.

Se nos dan muy pocas pinceladas de cada uno de los personajes, pero sirven para conocerlos tanto a ellos como sus motivos a la perfección, con lo que es de alabar el trabajo del autor en este aspecto, si bien es cierto que se puede echar en falta ya que nos gustaría llegar a conocer en profundidad a algunos de ellos.

Carrie de Stephen King es, en definitiva, una novela para devorar de principio a fin y con la que el disfrute está más que asegurado para aquellos que se atrevan a leerla.