19 septiembre, 2024

Opinión: Come from Away

Libro, música y letras: Irene Sankoff | David Hein
Dirección: Carla Calabrese
Asistente de dirección: Pato Witis
Adaptación al castellano: Carla Calabrese | Marcelo Kotliar
Dirección musical: Santiago Rosso
Asistente de dirección musical: Tomás Horenstein
Dirección vocal: Sebastián Mazzoni
Coreografías: Agustín Pérez Costa
Dirección de arte y diseño de escenografía: Tadeo Jones
Dirección de producción: Sergio Albertoni
Dirección de vestuario: Marcela Domínguez
Diseño de sonido: Eugenio Mellano Lanfranco
Diseño de luces: Gonzalo González
Producción ejecutiva: Nachi Bredeston | Naty Martins
Asistentes de producción: Tomás Albertoni | Fatima Seidenari | Miguel Ortega Vega
Elenco: Gabriela Bevacqua | Carla Calabrese | Fede Couts | Sebastián Holz | Mela Lenoir | Pepa Lucas | Fernando Margenet | Argentino Molinuevo | Edgardo Moreira | Silvina Nieto | Agustín Pérez Costa | Silvana Tomé | Manu Victoria | Lali Vidal | Pato Witis | Fatima Seidenari
Músicos: Santiago Rosso | Maximiliano Cataldi | Romano Di Nillo | Juan Denari | Luis Lattanzi | Pablo Mengo | Santiago Molina | Paula Morales | Natacha Tello
Producción: The Stage Company
Come from Away cuenta la historia real de más de siete mil pasajeros provenientes de todas partes del mundo que aterrizaron inesperadamente en la isla de Gander, New Foundland (Terranova) y de la gente de este pequeño pueblo canadiense que les dio la bienvenida desde la solidaridad más pura. Cuando 38 aviones fueron desviados de sus destinos para aterrizar en esta isla, el 11 de septiembre de 2001, el lugar vio duplicada su población en un instante.

12 de septiembre de 2024, 23 años y 1 día después de los fatídicos acontecimientos de aquel 11 de septiembre llega al Teatro Marquina (Madrid) el aclamado musical de Broadway Come from Away, recién llegado de Buenos Aires, y con un estreno repleto de sorpresas, como la presencia de aquellas personas en las que se basan los personajes de la obra o incluso de Michael Rubinoff y Astrid Van Wieren (productor y actriz de la obra original de Broadway respectivamente).

Como fan de los musicales que soy, y habiendo visto la versión que se grabó en directo en Broadway para Apple TV, no pude resistirme a ir al gran estreno de Come from Away en España (y repetir, de hecho, apenas una semana después), por lo que aquí os traigo mi humilde opinión.

Uno de los aspectos a resaltar de la obra es la espectacular adaptación que ha sido llevada por el equipo para adaptar la obra y, sobre todo, las canciones del inglés al español, aspecto que no debe haber sido nada sencillo pero cuyas letras fluyen de una manera tan fresca y natural en castellano que parece inconcebible que hayan sido escritas en otro idioma antes. Logran, sin ninguna duda, quedarse con el espectador incluso una vez abandonado el teatro, logrando que las canciones se le queden grabadas a fuego y las vaya tarareando de camino a casa e incluso en los días posteriores. 

La puesta en escena, por otro lado, siendo tan simple como lo es, no necesita nada más para brillar por sí misma y funciona a la perfección en cada una de las escenas, trasladándonos a Gander y a los diferentes escenarios en que se sitúan los personajes con una facilidad asombrosa. Es de alabar, además, el trabajo llevado a cabo por el equipo de iluminación de la obra, que permite llevarla un paso más adelante y no quedarse simplemente en un apoyo a esa puesta en escena sino que se ve rodeada de una vitalidad asombrosa a la hora de transportarnos a todo lo que están viviendo esos personajes en cada una de las escenas. 

Todo esto confluye a crear una ambientación absolutamente mágica y consiguiendo que se te queden grabadas en la retina más de una escena del musical, como bien podrían serlo la escena del bar o el momento en que Mela Lenoir interpreta El cielo y yo como Beverley Bass.

Come from Away aúna de forma increíble sus elementos cómicos con aquellos más emotivos, permitiendo que el espectador pueda soltar alguna carcajada mientras tiene los ojos empañados de lágrimas, además de aquellos momentos en los que no se puede evitar estar conteniendo el aliento. Es inevitable mencionar, por otro lado, el dinamismo con el que se desarrolla el espectáculo, cuyo ritmo se mantiene ágil en todo momento. Así, el espectador se ve inmerso en una propuesta que transcurre de tal manera que el tiempo pasa rápido e inadvertido y, cuando te quieres dar cuenta, te encuentras atravesando las puertas de vuelta a la calle.

La función cuenta, igualmente, con un reparto sobresaliente que destaca no sólo por sus labores interpretativas, sino también por la calidad de sus voces y su capacidad de adaptarse a los múltiples personajes que interpreta cada uno de ellos. No habría que olvidarse, asimismo, del deslumbrante desempeño llevado a cabo por la banda de músicos que acompaña al resto del elenco, que logra elevar cada escena a su máximo esplendor.

No es de extrañar, en definitiva, que tanto el día del estreno como una semana después, la obra se haya recibido en el Teatro Marquina con una gran ovación de parte del público. Come from Away ha llegado a Madrid para brillar como solo los mejores musicales pueden hacerlo.

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