04 mayo, 2022

Crítica teatral: Kinky Boots

Texto: Harvey Fierstein
Adaptación: Silvia Montesinos
Dirección: Ricky Pashkus | Director residente: Víctor Conde
Dirección musical: Julio Awad
Coreografía: Gillian Bruce | Asistente de coreografía: Mariano Botinardi
Música: Cindy Lauper
Escenografía: Jorge Ferrari
Iluminación: Valerio Tiberí
Sonido: Poti Martín
Peluquería: José Alberto Sedano Olmeda
Vestuario: Verónica de la Canal | Alejandra Robotti | Luciano Marra
Producción ejecutiva: Noemí García
Producción: RIMAS Europe (Florencia Masri | Alejandro Zaga Masri | Ricky Pashkus)
Reparto: Tiago Barbosa | Daniel Diges | Angy Fernández | Kristina Alonso | Alberto Sánchez | Daniel Duarte | Mark Flynn | Omar Calicchio | Mary Capel | Malia Conde | Javier Ariano | Clara Lanzani | Laia Prats | Diego Rodríguez | Álvaro Cuenca | Daniel Xabier Nogales | José Gabriel Atienza | José Montero | Sergi Terns | Jordi Díaz

Tras la muerte de su padre, Charlie Price hereda el negocio familiar: una fábrica de calzado, pero las deudas no hacen más que crecer y todos los esfuerzos de Charlie por mantenerla a flote no parecen dar resultado. Sin embargo, cree haber encontrado la solución a todos sus problemas cuando se cruza con Lola en uno de sus viajes a Londres: ¿por qué no dejar de lado el calzado para hombres y pasarse al diseño de botas para Drag Queens?

Kinky Boots, el famoso musical de Broadway, se reestrena en el Teatro Calderón de Madrid después de haber pasado unos meses en el Espacio Ibercaja Delicias (también en la capital española). La obra está basada en la película británica de mismo nombre de 2005, que a su vez se basa en hechos reales. Para la versión española del musical, repite Ricky Pashkus como director, después de estar a cago de la versión del mismo en Argentina.

Ya he comentado en varias ocasiones que los musicales me vuelven loco y, desde su estreno en Madrid, estaba deseando poder acercarme al teatro para poder disfrutar del espectáculo, aunque no pudo ser hasta la fecha del reestreno en el Teatro Calderón el pasado 27 de abril.

La pieza teatral te mete de lleno en la trama desde el mismo momento en que "se alza el telón" (hablando de una manera figurada), consiguiendo absorberte hasta tal punto que los espectadores no son apenas conscientes de las 2 horas y 20 minutos (aproximadamente) que dura el espectáculo. Ahora bien, es cierto que durante su segunda parte el argumento pierde durante unos momentos su credibilidad, algo que se ve, no obstante, aplacado por el gran trabajo que hay detrás de la obra.

Es inevitable pasárselo en grande en todo momento, pero Kinky Boots además tiene algo de lo más especial: la relación de Charlie y Lola transmite unos mensajes preciosos que te llegan a lo más profundo del alma. Una pieza sobre la aceptación y sobre ser tú mismo, el espectáculo viene a romper con todos los estereotipos que uno podría imaginar y a acercarnos unas historias que dejan huella a la vez que te diviertes. De hecho, la incorporación de pequeños gags de lo más actuales hacen que la misma resulte desternillante en más de una ocasión.

A nivel musical, funciona a las mil maravillas también. La música y las letras de Cindy Lauper se han adaptado al castellano de una manera inmejorable, con la única "pega" de que, cuando salgas del teatro, ¡no vas a poder quitarte todas sus canciones de la cabeza! Además, las coreografías que acompañan cada número musical resultan de lo más dinámicas, jugando con la escenografía de una manera de lo más ocurrente y con las que no sabes a qué parte del escenario mirar para no perderte nada.

Y es que, sin ninguna duda, la versión que vamos a poder ver en el teatro sorprende por su gran nivel de detalles, con los que el disfrute está más que asegurado, pues no hay nada que se escape dentro del espectáculo a la hora de acercársela al público: escenografía, sonido, vestuario, peluquería, iluminación e intérpretes se complementan hasta crear una obra inolvidable.

Algo que destaca innegablemente de entre todos los elementos que componen la puesta en escena en Kinky Boots es su vestuario: Verónica de la Canal y Alejandra Robotti han hecho un trabajo impecable, sobre todo con respecto a los vestidos de Lola y las Angels, que no se pueden definir de otra manera más que impresionantes y te dejan sin palabras cada vez que alguna de ellas aparece en el escenario. Además, el diseño de las botas a mano de Luciano Marra es otro de los grandes aciertos del espectáculo, como no podía ser de otra manera, pues es inevitable que todas las miradas se dirijan hacia las mismas. 

Respecto a las interpretaciones (ya sea a nivel de actuación como a nivel vocal y/o coreográfico) del elenco de la pieza, tanto los protagonistas como los papeles secundarios están llevados al escenario a la perfección y lo único que se podría comentar es que, para quienes no lo conocíamos, ha nacido una estrella: Tiago Barbosa deslumbra en cada una de sus escenas, sin pretender restarle mérito al resto del reparto, que también está espléndido.

Kinky Boots es, en definitiva, una obra que encantará a señoras, caballeros y aquellos que todavía no se han decidido. ¡No os la podéis perder!

2 comentarios:

  1. Hola! Tiene una pinta estupenda. Espero poder verla!

    Un saludo!

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  2. ¡Holaaa!

    Madre mía que pintaza, hace mucho que no veo un teatro/musical y lo echo de menos. Los colores, el vestuario... todo me parece una pasada *_*

    ¡besotes y gracias por compartirlo!

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