Tras la muerte de su padre, Charlie Price hereda el negocio familiar: una fábrica de calzado, pero las deudas no hacen más que crecer y todos los esfuerzos de Charlie por mantenerla a flote no parecen dar resultado. Sin embargo, cree haber encontrado la solución a todos sus problemas cuando se cruza con Lola en uno de sus viajes a Londres: ¿por qué no dejar de lado el calzado para hombres y pasarse al diseño de botas para Drag Queens?
Kinky Boots, el famoso musical de Broadway, se reestrena en el Teatro Calderón de Madrid después de haber pasado unos meses en el Espacio Ibercaja Delicias (también en la capital española). La obra está basada en la película británica de mismo nombre de 2005, que a su vez se basa en hechos reales. Para la versión española del musical, repite Ricky Pashkus como director, después de estar a cago de la versión del mismo en Argentina.
La pieza teatral te mete de lleno en la trama desde el mismo momento en que "se alza el telón" (hablando de una manera figurada), consiguiendo absorberte hasta tal punto que los espectadores no son apenas conscientes de las 2 horas y 20 minutos (aproximadamente) que dura el espectáculo. Ahora bien, es cierto que durante su segunda parte el argumento pierde durante unos momentos su credibilidad, algo que se ve, no obstante, aplacado por el gran trabajo que hay detrás de la obra.
Es inevitable pasárselo en grande en todo momento, pero Kinky Boots además tiene algo de lo más especial: la relación de Charlie y Lola transmite unos mensajes preciosos que te llegan a lo más profundo del alma. Una pieza sobre la aceptación y sobre ser tú mismo, el espectáculo viene a romper con todos los estereotipos que uno podría imaginar y a acercarnos unas historias que dejan huella a la vez que te diviertes. De hecho, la incorporación de pequeños gags de lo más actuales hacen que la misma resulte desternillante en más de una ocasión.
A nivel musical, funciona a las mil maravillas también. La música y las letras de Cindy Lauper se han adaptado al castellano de una manera inmejorable, con la única "pega" de que, cuando salgas del teatro, ¡no vas a poder quitarte todas sus canciones de la cabeza! Además, las coreografías que acompañan cada número musical resultan de lo más dinámicas, jugando con la escenografía de una manera de lo más ocurrente y con las que no sabes a qué parte del escenario mirar para no perderte nada.
Y es que, sin ninguna duda, la versión que vamos a poder ver en el teatro sorprende por su gran nivel de detalles, con los que el disfrute está más que asegurado, pues no hay nada que se escape dentro del espectáculo a la hora de acercársela al público: escenografía, sonido, vestuario, peluquería, iluminación e intérpretes se complementan hasta crear una obra inolvidable.
Respecto a las interpretaciones (ya sea a nivel de actuación como a nivel vocal y/o coreográfico) del elenco de la pieza, tanto los protagonistas como los papeles secundarios están llevados al escenario a la perfección y lo único que se podría comentar es que, para quienes no lo conocíamos, ha nacido una estrella: Tiago Barbosa deslumbra en cada una de sus escenas, sin pretender restarle mérito al resto del reparto, que también está espléndido.
Kinky Boots es, en definitiva, una obra que encantará a señoras, caballeros y aquellos que todavía no se han decidido. ¡No os la podéis perder!
Hola! Tiene una pinta estupenda. Espero poder verla!
ResponderEliminarUn saludo!
¡Holaaa!
ResponderEliminarMadre mía que pintaza, hace mucho que no veo un teatro/musical y lo echo de menos. Los colores, el vestuario... todo me parece una pasada *_*
¡besotes y gracias por compartirlo!