07 marzo, 2019

Reseña: Una obsesión perversa (Villanos 1) de V.E. Schwab

Título: Una obsesión perversa
Título original: Vicious
Autora: V.E. Schwab
Saga: Villanos

           1. Una obsesión perversa
           2. Una venganza mortal (27/05/2019 a la venta)

Editorial: Puck
Fecha de publicación: 11 de febrero de 2019
Número de páginas: 384
Precio: 16,00€ (físico) / 5,99€ (ebook)
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Ficha completa AQUÍ

Veronica Schwab (1987) es una de las autoras americanas de mayor popularidad y prestigio de literatura juvenil del momento. Sus novelas para el público adulto las escribe bajo el nombre de V.E. Schwab, entre las que se encuentra Una obsesión perversa, la primera de las dedicadas para este tipo de lectores. La novela es la primera parte de una bilogía de ciencia ficción en la que su autora consigue dar una vuelta de tuerca a un tema tan trillado como el de la gente con poderes.

Victor y Eli, dos estudiantes de medicina, descubren que las experiencias cercanas a la muerte (ECM) juegan un papel primordial para convertirse en EO (personas ExtraOrdinarias), por lo que, llevados por su ambición, deciden probarlo y así despertar teniendo unos poderes que nadie más en el mundo pueda tener. Sin embargo, no todo sale como ellos habían esperado y Victor termina en la cárcel, traicionado por su antiguo amigo Eli. Una vez en libertad, lo único que le moverá será la sed de venganza.
Después de leer la sinopsis de Una obsesión perversa, el lector podría darse cuenta de que la premisa de la novela no tiene mucho de original, sino que ya se pudo ver en un clásico del cine de ciencia ficción: Flatliners (1990 o su remake en 2017), en el que un grupo de cinco estudiantes de medicina experimentan con ECM. Ahora bien, en favor de V.E. Schwab, hay que decir que ha conseguido crear algo nuevo y de gran interés al añadir a esa vuelta a la vida la obtención de los poderes y la relación que estos tienen con las ganas de vivir de cada persona y los motivos por los que adquieren un poder y no otro. 

Así pues, la novela empieza de una manera inmejorable, haciendo que el lector no pueda soltarla en ningún momento. A esto, además, habría que añadir el hecho de que los capítulos sean muy breves, con lo que la autora agiliza su lectura. Ahora bien, los constantes saltos en el tiempo, sobre todo al inicio de la obra, provocan una sensación de caos estructural, pues, si bien tienen sentido y son totalmente necesarios para entender lo que está sucediendo en el presente, podría parecer que Victoria Schwab los ha ordenado al azar. Es algo, por otro lado, que se soluciona a medida que se van leyendo el resto de capítulos y que te vas asentando en la historia una vez superado ese comienzo tan brusco. 

El libro es mucho más profundo de lo que se podría pensar en un principio y trata temas tan cercanos a nosotros como lo puede ser el nivel de ceguera al que llegan algunas personas, ya sea impulsados por la religión como por la venganza, que no les permiten ver más allá de ese sentimiento e incluso justifican todas sus acciones a partir de ello. 

Uno de los mayores miedos a los que se enfrenta el lector de Una obsesión perversa es la posible resolución de los conflictos que se van dando en la novela, puesto que la autora corre el riesgo de enfrentarse a la solución más sencilla de todas. Sin embargo, es de de alabar que V.E. Schwab  no se anda por las ramas y ha ofrecido la resolución más favorable para la historia, la que más se adhiere a su estilo y la que la convierte cierre espléndido, además de dotarla de un final apoteósico con el que te faltará tiempo para hacerte con su segunda parte.

No se puede encontrar tampoco ninguna pega a la narrativa de V.E. Schwab, que ha logrado una prosa que te transporta irremediablemente a Merit y que te mantiene en tensión incluso después de haber pasado varias horas desde que leíste el final de la novela.
—Y cuando te preguntas por algo —prosiguió Eli—, ¿no significa que una parte de ti quiere creer en eso? Yo creo que, en la vida, queremos demostrar las cosas, más de lo que queremos refutarlas. Queremos creer.
Por último, los personajes destacan por ser de lo más oscuros: son víctimas del bien y del mal y no se pueden identificar ni con los héroes ni con los villanos, sino como algo intermedio aunque en muchas ocasiones tiendan más hacia un lado de la balanza que hacia el otro en un intento por defender sus ideales. Se trata de unos personajes repletos de misterio que te deslumbran, a pesar de que en muchas ocasiones sobresalen en ellos sus defectos y no sus virtudes. No solo, además, sucede esto con sus dos protagonistas, sino que sobre todo con los personajes secundarios, que provocan que quieras saber más de ellos y que la historia les dé un papel más importante (como vienen a ser Sidney, Serena o Mitch). Son, por lo tanto, personajes que se te clavan en el pecho y que no vas a conseguir echarlos de ahí por mucho que lo intentes. 

En definitiva, Una obsesión perversa es una novela que reinventa todo un género que estaba ya muy trillado al dotarlo de una mayor profundidad y oscuridad de lo que podría parecer en un principio y de la que va a ser muy difícil de olvidar. ¡Cuidado! Sus páginas pueden esconder una gran fascinación para quien se adentre en ellas.

3 comentarios:

  1. Hola lo dejo pasar no logra convencerme. Gracias por la reseña me alegra que lo disfrutaras. Saludos

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  2. ¡Hola!

    Gracias por la reseña, lo tengo pendientísimo y no tardaré en hacerme con él. No sabía que era una saga.

    Besos^^

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  3. ¡Hola!

    Tengo muchísimas ganas de leer algo de la autora. Todos hablan maravillas de sus libros y seguramente empiece por "A darker shade of magic" *-* Me gusta que los libros traten temas cercanos a nosotros aunque, por el mundo que esté ambientado o por la trama en sí, no parezca que tenga mucho que ver. También me apunto la recomendación cinéfila, que no conocía ni la película antigua ni el remake y ya me has despertado curiosidad :)

    Me ha encantado la reseña ^^

    ¡Un saludo!

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