Reseña: El ladrón del rayo, de Rick Riordan

Título: El ladrón del rayo

Título original: The Lightning Thief
Autor: Rick Riordan
Saga: Percy Jackson y los dioses del Olimpo:

                                   1. El ladrón del rayo

                                   2. El mar de los monstruos

                                   3. La maldición del titán

                                   4. La batalla del laberinto

                                   5. El último héroe del Olimpo

Editorial: Salamandra

Número de páginas: 288
Año de publicación: 2014
Precio: 12,50€ (papel) / 7,99€ (ebook)
Comprar: Amazon / Fnac / Casa del libro 

Expulsado de seis colegios, Percy padece dislexia y dificultades para concentrarse, o al menos ésa es la versión oficial. Objeto de burlas por inventarse historias fantásticas, ni siquiera él mismo acaba de creérselas hasta el día que los dioses del Olimpo le revelan la verdad: Percy es nada menos que un semidiós, es decir, el hijo de un dios y una mortal. Y como tal ha de descubrir quién ha robado el rayo de Zeus y así evitar que estalle una guerra entre los dioses. Para cumplir la misión contará con la ayuda de sus amigos Grover, un joven sátiro, y Annabeth, hija de Atenea.

Rick Riordan ha hecho que Percy Jackson se convierta en una de las sagas juveniles más alabadas de los últimos años. Son numerosos los premios literarios que le han sido otorgados y, de hecho, su primera parte, El ladrón del rayo, cuenta con un 4,22 de nota media en Goodreads con casi un millón y medio de votaciones contabilizadas, nota media de la que ninguna de sus sucesoras ha descendido. En 2010, la novela fue adaptada cinematográficamente por Chris Columbus.

Cuando Percy Jackson descubre que es un semidiós y que está siendo perseguido por monstruos mitológicos que quieren quitarle la vida, tiene que ingresar en el Campamento Mestizo, un campamento de verano para que chicos como él se entrenen y puedan plantar cara a todos los que los persiguen. Una vez ahí, le será encargada la misión de recuperar el rayo de Zeus, que ha sido robado, antes de que se produzca una Guerra Olímpica que podrá acabar con la humanidad, pero no lo hará solo: le acompañarán su guardián, el sátiro Grover, y la hija de Atenea, Annabeth. 

Desde su primera página, El ladrón del rayo engancha al lector sobremanera. Rick Riordan te adentra de lleno en su historia, haciendo que conectes con ella y con sus personajes y que no puedas parar de leer hasta haberlo terminado. La novela tiene un ritmo trepidante que, en consecuencia, hace de ella una lectura rápida y ágil.

Totalmente relacionado con ello, pues, está el mundo que ha sabido crear su autor, pues conecta a la perfección el mundo de la mitología griega con el contemporáneo como si fueran las dos caras de una misma moneda. Podría parecer, en un primer momento, que ambos mundos no tienen nada que ver y que su unión no tendría sentido, pero Rick Riordan los fusiona de una manera magistral y es notable todo el trabajo que ha tenido que llevar a cabo para conseguir atar todos los cabos y que se trate de un mundo realista a pesar de todo lo fantástico que en él pueda haber.

Es posible que uno se acerque a la obra con ciertos prejuicios y piense que se trata de un libro más bien infantil. La respuesta es sí, es un libro que está claramente dirigido a un público más bien infantil o juvenil, pero sorprende por la madurez que presenta en casi todo momento. Sí que es verdad que algunos de los sucesos que vive Percy junto a Grover y Annabeth, aunque originales, no presentan gran complejidad, sino que parece como si estuvieran creadas específicamente para su edad (cuando hay que recordar que están intentando matarle). Hay que decir, por otro lado, que no es esto lo general: la mayoría de las veces sí que vemos aventuras a la altura de un héroe. 

¿Por qué crees que todas las criaturas racionales temen la oscuridad?

En cuanto al argumento, también habría que comentar que es sorprendente en su mayoría. Consigue mantenerte en tensión y que haya misterio a lo largo de gran parte de la novela. Sin embargo, uno de los más grandes misterios que hay en ella sí que es bastante previsible desde el principio. Es más, Rick Riordan introduce también algún que otro toque de humor ácido y es frecuente el uso de la ironía, que sirve para suavizar esa tensión aunque sin romper con ella.

Es una obra que está muy bien escrita, con una prosa capaz de transmitir toda la magia que la rodea. Eso sí, nos encontramos ante un narrador en primera persona que es Percy y, a pesar de que normalmente el tono en que está escrita coincide con lo que habría que esperar de un narrador que no es más que un niño o adolescente, hay momentos en los que es imposible que lo que está escrito corresponda a un personaje de tan solo 13 años (son frecuentes las palabras y expresiones que son bastante complejas para alguien de esa característica). 

Los personajes están bien construidos y se puede ver una evolución en todos ellos, por lo que son personajes, en su mayoría, creíbles. Actúan en función de lo que quieren conseguir y no vemos en el libro personajes que son buenos al 100% ni malos al 100%; tienen todos sus razones para actuar de la manera en que lo hacen. Lo que sí que ocurre es que algunas de las reacciones de los personajes no terminan de cuadrar con la manera en la que tendrían que reaccionar de verdad, como la forma en que reacciona Percy cuando se entera de que es un mestizo.

El ladrón del rayo es, en pocas palabras, un muy buen comienzo de saga que, a pesar de no ser perfecto, tiene todos los ingredientes para ser una gran novela con la que disfrutar no solo los más jóvenes, sino también todo tipo de público.