25 octubre, 2021

Crítica teatral: A Chorus Line

A Chorus Line, el famoso musical de Broadway, llega al Teatro Calderón de Madrid de la mano de Antonio Banderas después de haber pasado por otras ciudades españolas como Málaga, Bilbao y Barcelona. Un musical que lleva cosechando éxitos desde que se estrenó por primera vez en 1975 y que, en su producción española, ha sido galardonado en 4 categorías del Premio del Teatro Musical de 2020: Mejor Musical, Mejor Dirección de Escena, Mejor Coreografía y Mejor Actor Protagonista. 

Dirigido por Aurora Rosales, Manuel Bandera sustituye a Antonio Banderas (productor y codirector de la obra) para ponerse en la piel de Zach, un coreógrafo de Broadway que está preparando su próximo gran espectáculo y, para ello, está llevando a cabo el casting correspondiente para seleccionar a los afortunados que pasarán a formar parte de él: cuatro chicos y cuatro chicas de entre los diecisiete que están en la fase final (después de haber descartado a otros doce).

La obra, de unos 120 minutos, trata sobre la relación que tienen los personajes con la danza: qué fue lo que les llevó a ella, cuáles son sus miedos, sus deseos de prosperar dentro de un mundo en el que apenas hay espacio para todos los bailarines...; en definitiva, vamos a ir conociendo poco a poco sus historias personales, que nos permiten conocerlos y llegar a conectar con ellos. Hay también en ella, por otro lado, hueco para el humor, un humor sencillo pero con el que toda la sala estuvo saltando de la risa en sus asientos. Además, el espectáculo (a pesar de su duración de unas 2 horas) pasa volando ante los ojos del espectador que, cuando termina la función, se queda con ganas de ver más. 


En A Chorus Line la escenografía es mínima, pero no se echa en falta en ella ningún elemento, no sólo por el tipo de historia que nos está contando sino también por el gran trabajo que lleva a cabo el reparto tanto en las actuaciones como en los números musicales, que consiguen llenar todo el escenario de magia. Hay que destacar, además, que entre el equipo creativo de la obra ha estado presente Baayork Lee, quien participó en la producción original interpretando a Connie (personaje que, de hecho, está inspirado en ella). Así pues, es inevitable no pensar que estamos ante un espectáculo a la altura de lo que se puede ver en Broadway.

Las canciones de la obra, además, no serán desconocidas para los fanes del género musical (que, por otro lado, también han sonado en series de televisión tan famosas como Glee). No obstante, si crees que te pueden defraudar porque eres conocedor de las versiones originales, no te preocupes porque se trata de versiones que, incluso en su traducción (a excepción del último número, One, que es en inglés) están muy bien llevadas y cuentan con unas voces increíbles. 

Por último, hay que destacar el mensaje final de la obra ya que, si bien puede parecer que tiene una trama algo simple, no lo es en lo absoluto y trata un tema que seguro que es cercano a todos los espectadores: perseverar hasta cumplir tus sueños y hacer lo que realmente amas (con un espléndido número musical de Lo Hice por Amor).

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