Reseña: El príncipe cautivo (El príncipe cautivo 1) de C. S. Pacat

Título: El príncipe cautivo
Título original: The Captive Prince
Autor: C. S. Pacat
Saga: El príncipe cautivo

          1. El príncipe cautivo
          2. El juego del príncipe
          3. La rebelión del rey

Editorial: Oz
Fecha de publicación: 5 de septiembre de 2018
Número de páginas: 224

Precio: 15,90€ (físico) / 6,99€ (ebook)

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Ficha completa AQUÍ

C. S. Pacat (Melbourne, Australia) empezó a escribir y a publicar El príncipe cautivo de forma gratuita en Internet en el año 2008, que se convirtió en todo un éxito en las redes sociales hasta el punto de autopublicarla en 2013. El siguiente paso llegó cuando la historia llamó la atención a la editorial Penguin USA, que la publicó en 2015, aunque no fue hasta finales de 2018 cuando la historia llegó al mercado español de la mano de Oz Editorial. 

El príncipe Damianos ha sido traicionado por su propio medio hermano para hacerse con el trono de Akielos y es enviado como esclavo sexual al príncipe Laurent, que en unos meses alcanzará la edad adecuada para hacerse con el poder de Vere, el país enemigo. Así, Damen (el nombre bajo el que pasará a conocerse a Damianos) tendrá que hacer lo posible para que no descubran su verdadera identidad, sobrevivir y salvar a Akielos de las garras de su hermanastro. 

La primera novela de C. S. Pacat tiene una premisa brutal y de lo más interesante que te cautivará desde el momento en que te cruces con ella. Sin embargo, tiene un comienzo in media res un tanto brusco y caótico con el que puedes llegar a perderte si bien te atrapa de forma inmediata y te mantiene en tensión hasta el punto final de la historia gracias a la atmósfera que ha creado su autora. 

Ahora bien, dentro de la propia trama, los cambios de escena también resultan bastante toscos, dando así la misma solución: el lector ha de estar muy pendiente con el fin de no desorientarse y fracasar en el hecho de seguir el argumento sin mayores problemas. Además, se queda siempre la sensación de que la historia no avanza demasiado en sus más de 200 páginas.

— Tú no tienes ningún hermano —replicó Jokaste—. No tienes familia. No tienes ni nombre ni rango ni posición. A estas alturas ya deberías saber al menos eso.

Por su parte, está muy bien recreado el ambiente cortesano y los conflictos que se pueden llegar a dar en él: un espacio lleno de misterio, secretos y traición que asiste en la creación de la intriga y el suspense dentro del mundo en el que se mueven los personajes.

Es de agradecer que C. S. Pacat haya optado por una historia que carece por la censura en más de un aspecto. En primer lugar, en el sentido de que la sociedad que se puede observar en la novela es una sociedad que tiende más a las relaciones homosexuales que a las relaciones entre parejas de distinto sexo —que apenas aparecen mencionadas a lo largo de la historia y, cuando lo hacen, parece ser que no están muy bien vistas—, hecho de lo más curioso y que se hace grato de leer por su originalidad. En segundo lugar, en cuanto a las escenas de sexo que aparecen en El príncipe cautivo, pues si no son tantas como uno podría pensar sí que es verdad que son de lo más explícitas. Este último punto, de hecho, conlleva un grave problema: hay escenas en las que se le da una mayor importancia al sexo y la autora se regodea más de contar todo lo que sucede con pelos y señales que de la trama en sí.

Es, sin duda, de lo más placentero encontrarse ante una novela juvenil en la que se llegan a tratar este tipo de temas como si fuera algo de lo más normal. Muy relacionado a ello está el hecho de que la autora no tenga ningún tipo de filtros en su prosa, con lo que se pueden llegar a leer más de una palabra malsonante pero que tiene todo el sentido dentro del mundo en el que se sitúa la trama.

En cuanto a los personajes, todos ellos destacan por una falta de mayor complejidad al estar, en su mayoría, presentados como un prototipo del bien y del mal, elemento que traspasa además a los espacios, pues en su mayoría los personajes de Akielos son vistos como personajes buenos (a excepción del hermanastro de Damen y su séquito) mientras que los personajes de Vere suelen verse como un reflejo de lo malo. Lo que es más, en el caso de Damen, el protagonista, es un personaje de lo más hipócrita que se enfrenta a la sociedad de Vere con una serie de prejuicios que, si bien en su país quizá no lleguen a tal altura, siguen siendo igualmente violentos y salvajes. Llega también un punto en las últimas páginas en las que pega un cambio impresionante, pero carente de sentido y que con ese cambio se desata todo el final de la historia.

En definitiva, El príncipe cautivo es una novela que, si bien podría haber dado más de sí, se puede disfrutar en todo momento y que destaca por la manera tan original en que su autora presenta algunos temas que no suelen ser tratados de esta manera en la literatura juvenil.