Título original: tick, tick...BOOM!
Dirección: Lin-Manuel Miranda
Producción: Lin-Manuel Miranda | Brian Grazer | Ron Howard | Julie Oh
Guion: Steven Levenson | Jonathan Larson (basado en el musical de)
Reparto: Andrew Garfield | Alexandra Shipp | Robin de Jesus | Vanessa Hudgens | Joshua Henry | Jonathan Marc Sherman | MJ Rodriguez | Ben Ross
Duración: 115 min.
Año: 2021
Distribuidora: Netflix
Lin-Manuel Miranda (creador y protagonista de los musicales de éxito Hamilton e In the Heights) se estrena como director con una película que se basa en el musical tick, tick...BOOM! que escribió Jonathan Larson antes de Rent (1996).
La película, que está ambientada en Nueva York en 1990, nos sitúa ante un Jonathan Larson (Andrew Garfield) que está a punto de cumplir los 30 años. El tiempo, la pobreza y las presiones sociales juegan en contra de Larson, que está preparando su primer musical, SUPERBIA, que va a presentar en un taller con la idea de que algún productor se anime a comprar la obra para llevarla al teatro.
Lin-Manuel Miranda transmite una cercanía a lo largo del filme que resulta encomiable, no sólo en cuanto a los números musicales (sobre lo que hablaremos más adelante), sino también en lo respectivo al tema sobre el que trata el musical de Jonathan Larson y que ha sido llevado a la pantalla de una manera espléndida: es fácil empatizar con esa rabia, esa frustración y ese deseo de prosperar en lo que realmente te llena y que siente Larson, pues se trata de un tema que se puede trasladar perfectamente a nuestra realidad, incluso cuando ya han pasado 30 años de que se escribiera la obra.
La manera en que Lin-Manuel Miranda ha decidido contar la historia de Jonathan Larson es fascinante, respetando la idea original en que la obra fue concebida en un primer momento pero transformándola al lenguaje cinematográfico de una forma espectacular, ya que podríamos hablar de tres técnicas narrativas diferentes. Para empezar, hay que tener en cuenta que la película da la sensación de tratarse casi de un documental, sobre todo al inicio y al final de la película, con esa voz en off que nos va a narrar parte de la historia (aunque de manera muy breve).
Para explicar la segunda técnica narrativa que utiliza el director, hay que aclarar un par de cosas acerca del musical. tick, tick...BOOM! fue ideado como un «monólogo de rock» semi-autobiográfico por Jonathan Larson, que no tuvo suerte con el espectáculo y lo tuvo que revisar continuamente por lo que, después de su muerte, se encontraron hasta 5 versiones diferentes del libreto. En 2001, en cambio, el dramaturgo David Auburn se puso a revisar el musical de Larson, dejando de lado el monólogo para pasar a ser una obra para tres voces y que finalmente consiguió el favor del público que no pudo disfrutar Larson en vida. Es esto mismo lo que vamos a ver en la versión de Lin-Manuel Miranda, que mantiene algunas de las escenas de la película, poniéndonos a Andrew Garfield ante el escenario (junto a Vanessa Hudgens y Joshua Henry para completar el triplete, además de la banda de rock que quería el dramaturgo para su obra) como si estuviéramos viendo la pieza teatral que fue ideada originalmente.
Por último, cabe decir que esa perspectiva se combina a la perfección con lo que podríamos llamar como «la realidad», pudiendo ver así en primera persona lo que nos está contando (o cantando) nuestro protagonista y obteniendo así una versión mucho más completa. Cabe aclarar, de cualquier manera, que, si la estructura de la película puede parecer complicada, no lo es en ningún momento, sino que nos aporta una versión del musical mucho más atractiva ante nuestros ojos.
Ahora bien, tick, tick...BOOM! es un filme que no llega a maravillar a nivel visual en sus números musicales, aunque la mayoría resultan ingeniosos y resultan una delicia para el espectador, que no podrá evitar que una leve sonrisa alcance sus labios pues son de lo más animadas incluso cuando el tema de la canción sea más «triste» de lo que parece.
Una de las grandes sorpresas del filme es la calidad vocal de Andrew Garfield. Si bien es cierto que se nota que no estamos ante un cantante al uso, con una potencia vocal deslumbrante, el actor se desenvuelve a la perfección en todas las canciones que componen la película, demostrando todo el trabajo que llevó a cabo para prepararse para la misma (tomó clases de canto durante 1 año y aprendió incluso a tocar el piano). A nivel interpretativo, además, está espléndido, logrando una actuación que desborda talento en cada plano. Por su parte, poco se puede decir del resto de los intérpretes de la película, que están a la altura de Andrew Garfield, a pesar de que es él el centro de toda la atención.
La música de la película, que fue escrita por Jonathan Larson, trata temas con los que te puedes sentir identificado: todos podemos sacar algún mensaje de ella, algo que podamos aplicar a nuestra realidad. Además, son temas de lo más eclécticos con los que es fácil conectar. Si bien es cierto que hay un par de ellos que sobresalen por encima del resto (como podría ser Therapy o Come to Your Senses), cuando escuchas la banda sonora del filme irás descubriendo que no puedes saltarte ninguna de las canciones de la misma, consiguiendo que no te las puedas sacar de la cabeza durante varios días.
tick, tick...BOOM! es, en definitiva, un claro homenaje a Jonathan Larson que, esté donde esté, se sentirá orgulloso de ver la forma en que Lin-Manuel Miranda ha tratado la obra a la que dedicó tanto tiempo y empeño.
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