Fin está aterrada cuando se ofrece como voluntaria en el ritual de Designación de su pueblo para ocupar el lugar de la chica de la que está enamorada. Los elegidos en el ritual son llevados al Corazón de las Cortes, una escuela de vampiros donde los estudiantes humanos triunfan y se convierten en vampiros, fracasan y pasan el resto de sus vidas como coaccionados... o no sobreviven para convertirse en ninguno de los dos. Fin está decidida a seguir un camino diferente: quiere aprender a matar a los no muertos y vengarse de su madre, que fue secuestrada por los vampiros años atrás. Pero el Corazón de las Cortes es un castillo tan cautivador como mortal, y ella no tarda en dejarse llevar por este nuevo mundo y sus habitantes; en especial, por Gavron, su apuesto y hostil creador, cuya sangre es sumamente embriagadora. A medida que Fin descubre aspectos de su propia identidad y pone a prueba sus nuevos poderes, se topa con una serie de asesinatos que, tal vez, estén relacionados con un ritual mucho más oscuro; uno que podría tener consecuencias letales tanto para los vampiros como para la humanidad. Fin deberá desentrañar la verdad y encontrar al asesino antes de que pierda la vida… o traicione su propio corazón.
A.M. Strickland llega a España por primera vez con Las cortes inmortales, su tercera novela hasta el momento y con la que viene a demostrar que, como bien anuncia en sus agradecimientos, «resulta que los vampiros [...] nunca mueren de verdad, y en los últimos tiempos han vuelto a salir de sus tumbas».
Otro de los puntos fuertes de la novela es la naturalidad con la que se tratan ciertos temas, así como la manera en que su autora los inserta dentro del contexto cultural y social del universo que ha creado, logrando así que este sea mucho más realista.
Las cortes inmortales sobresale por una prosa cuidada, escrita con una habilidad sorprendente para sumergirnos por completo en el mundo que ha creado. Sin embargo, se cuela en su edición alguna que otra errata que, si bien no entorpecen su lectura, sí que llegan a empañar en cierta medida la experiencia y da realmente rabia que no se haya terminado de depurar el texto.
Sus personajes, por otro lado, están muy bien construidos, no solo sus protagonistas sino también la gran mayoría de los secundarios, quienes nos van a cautivar sin reservas. Tal es el caso de Jaen, Revar o Kashire, que seguramente se conviertan en los favoritos de muchos lectores. En cambio, en el caso de Marai se queda un poco en la superficie, por lo que no terminamos de conectar con ella. No está de más añadir que la manera en la que se va forjando a fuego lento la relación entre Fin y Gavron nos va a hacer caer rendidos ante ambos y ante su historia.
En definitiva, Las cortes inmortales deslumbra de principio a fin gracias a un universo magistralmente construido, personajes memorables y una trama repleta de sorpresas que te va a mantener con la novela en tus manos en todo momento.